Le condenan a 5 años por intentar matar a un amigo para ser aceptado en secta
Un joven de 30 años ha sido condenado por la la Audiencia Provincial de Málaga a cinco años de prisión por intentar matar a un amigo como sacrificio para entrar en una secta satánica.
En la sentencia, de la sección primera de la audiencia y a la que ha tenido acceso Efe, al procesado se le prohíbe acercarse a la víctima o comunicar con ella durante el mismo tiempo de la condena, y se le ha estimado el atenuante por tener su capacidad disminuida por un trastorno de personalidad.
El acusado intentó acabar con la vida de su amigo el 21 de octubre de 2008 cuando lo citó en el Cortijo Jurado, ubicado en la barriada malagueña de Campanillas, y llevó para ello un cuchillo de cocina de doce centímetros de hoja.
Según los hechos probados, el procesado intentó clavarle el cuchillo, pero "gracias a sus reflejos pudo evitar el ataque", y le arrebató el arma, tras lo que salió corriendo hasta una fábrica cercana, donde pidió auxilio.
Una vez llegó la Policía, el acusado dijo que pertenecía a una secta satánica" y que tenía "que sacrificar a una persona para ser admitido en ella" así como que había elegido a su amigo.
Durante el juicio, el procesado reconoció los hechos y se conformó con la petición fiscal por lo que todas las partes personadas en el procedimiento renunciaron a la práctica del juicio oral.
En la sentencia, de la sección primera de la audiencia y a la que ha tenido acceso Efe, al procesado se le prohíbe acercarse a la víctima o comunicar con ella durante el mismo tiempo de la condena, y se le ha estimado el atenuante por tener su capacidad disminuida por un trastorno de personalidad.
El acusado intentó acabar con la vida de su amigo el 21 de octubre de 2008 cuando lo citó en el Cortijo Jurado, ubicado en la barriada malagueña de Campanillas, y llevó para ello un cuchillo de cocina de doce centímetros de hoja.
Según los hechos probados, el procesado intentó clavarle el cuchillo, pero "gracias a sus reflejos pudo evitar el ataque", y le arrebató el arma, tras lo que salió corriendo hasta una fábrica cercana, donde pidió auxilio.
Una vez llegó la Policía, el acusado dijo que pertenecía a una secta satánica" y que tenía "que sacrificar a una persona para ser admitido en ella" así como que había elegido a su amigo.
Durante el juicio, el procesado reconoció los hechos y se conformó con la petición fiscal por lo que todas las partes personadas en el procedimiento renunciaron a la práctica del juicio oral.
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