Isaac Newton y el Fin del Mundo
El fisico inglés Isaac Newton (1643-1727), conocido por establecer las bases de la mecánica y enunciar la ley de la gravedad, tenía intereses menos científicos a los que aplicaba los mismos principios rigurosos que al resto de sus investigaciones. Amante de la teología y la alquimia, Newton teorizó a partir de la Biblia sobre cuál sería la fecha del fin del mundo.
Corría el año 1704 cuando Isaac Newton hizo una apuesta de futuro: nada menos que augurar la fecha del fin del mundo, e hizo un cálculo basado en un fragmento de la Biblia, y el resultado fue tan evidente que Newton lo dejó escrito en una misiva: el fin del mundo será en 2060.
Parecería inconcebible que el hombre que descubrió las leyes fundamentales del universo fuera también uno de los más grandes entusiastas de la astrología, pero así lo demuestran algunos de los manuscritos del físico inglés. Según Newton, debían pasar 1.260 años entre la refundación del Santo Imperio Romano por Carlomagno, en el año 800, y el fin de los tiempos.
En 1983, los manuscritos comenzaron a ser estudiados, para lo cual se fundó en Inglaterra el Proyecto Newton, una comisión encargada de analizar y descifrar el legado textual del físico. Se trata de unos textos que ponen en evidencia un aspecto de la vida del gran físico hasta ahora desconocido: su pasión por la Biblia, un libro al que dedicó 55 años de estudios, puesto que suponía que en ella podría encontrar las leyes divinas del Universo.
La Biblioteca Nacional de la Universidad Hebraica heredó de un coleccionista numerosos manuscritos del sabio, más conocido por sus descubrimientos racionales sobre la gravedad terrestre. El manuscrito, junto a otra serie de documentos escritos por el científico británico forma parte de una exposición en la Universidad Hebraica de Jerusalén. La carta en cuestión se muestra al público por primera vez desde 1969 en el marco de una exposición titulada 'Los secretos de Newton', según anunció la Universidad en un comunicado. La exposición revela nuevos documentos sobre el trabajo y las investigaciones del científico, de las que se deduce que, además de la física y la alquimia, estudió profecías apocalípticas escritas en la antigüedad.
“Nos revelan que Newton se esforzó en descifrar lo que él consideraba que eran conocimientos secretos, conocimientos codificados en las escrituras sagradas de culturas antiguas y de otros archivos históricos”, dice la filósofa Yamima Ben Menahem, comisaria de la exposición, en un comunicado.
Entre los manuscritos del científico hay uno en el que trata de calcular el fin del mundo según el libro del profeta Daniel en el Antiguo Testamento y llega a la conclusión de que se producirá en el año 2060. En otros, analiza textos hebreos consagrados en la liturgia judía así como fragmentos del filósofo y médico cordobés Maimonides.
A la Biblioteca llegaron en 1969, donados por el filántropo judío Abraham Shalom Yehezquel Yehuda, que los había comprado en 1936 en una subasta en Londres.
Según el comunicado, esta es la primera vez que se exponen los documentos del consagrado científico británico y muestran una de sus caras más desconocidas, la de tratar de extraer material científico de textos antiguos como la Biblia y el Talmud.
“Newton hizo una aproximación a estos estudios con la misma meticulosidad que demuestra en su trabajo científico y hace una aproximación a la ciencia con el fervor religioso que lo llevó a ser considerado una suerte de profeta” , refiere la nota de prensa y concluye que “los tesoros de esta exhibición nos invitan a replantearnos dicotomías tradicionales como antigüedad y modernidad, ciencia y religión, racionalidad e irracionalidad”.
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