La Hambruna de Ucrania (1932-33)
Holodomor, también llamado Genocidio Ucraniano, en ucraniano:Es el nombre atribuido a la hambruna que asoló el territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania, durante los años de 1932-1933,en los que perecieron millones de personas.
Teniendo como referencia la definición jurídica de genocidio y numerosas evidencias, se verificaría la naturaleza genocida del Holodomor al haber fuertes indicios de haber sido una hambruna artificial creada por el régimen comunista de la URSS. Si bien otras hambrunas también fueron provocadas en otras regiones de la URSS, el término Holodomor es aplicado específicamente a los sucesos ocurridos en Ucrania.
Etimología
La palabra Holodomor proviene del ucraniano, y significa matar por hambre. El término fue utilizado por primera vez por el escritor Oleksa Musienko en un reportaje presentado a la Unión de Escritores Ucranianos de Kiev en 1988.
En el cuarto sábado del mes de Noviembre, en Ucrania y en las comunidades ucranianas de todo el mundo, se conmemora el acontecimiento y se rinde homenaje a las víctimas del Holodomor.
Los antecedentes al genocidio
Es irónico como uno de los territorios con los paisajes más hermosos del mundo, compuesto de fértiles estepas, pinos salpicados de nieve que se alzan hasta el cielo y ríos cristalinos, a su vez haya sido víctima de algunos de los mayores baños de sangre de la historia. Tras 200 años de dominio Zarista el pueblo Ucraniano creyó haber alcanzado su libertad en 1917, cuando la revolución comunista en Rusia logra destronar a los Zares. Inmediatamente restablecieron su capital en la histórica ciudad de Kiev y volvieron a cantar sus canciones nacionales en público después de décadas de prohibición. Quizás a causa de la alegría de los primeros días nunca creyeron que el rigor del martillo comunista caería con todo su peso sobre la población. Pero una vez en el poder y después de haberse reorganizado el flamante régimen comunista al mando de Lenin se propuso la meta de “reclamar” las tierras ucranianas como propias, territorio que gracias a su fertilidad era extremadamente valioso.
Con este fin se enviaron varios destacamentos del Ejército Rojo con órdenes directas: “Retomar Ucrania a cualquier precio y bajo cualquier medio”. Esto desembocaría en una valerosa y fatídica resistencia que duraría cuatro años y en la que los ucranianos no solo debieron de enfrentarse contra las tropas comunistas, sino que además debieron simultáneamente resistir le avance del Ejército Blanco -leal a los Zares- y varios conjuntos de tropas polacas y alemanas que se disponían a carroñar las partes occidentales del país. Como resultado cientos de miles de hombres perdieron su vida, cientos de miles de mujeres fueron abusadas y toda la población fue sometida a la hambruna hasta los huesos, ya que Lenin decretó que el grano producido en Ucrania debía ser enviado a las grandes ciudades Rusas.
El Holodomor, o el Holocausto Ucraniano.
La invasión ordenada por Lenin traería una ola de resentimiento sin parangón en la sociedad ucraniana, no solo por la cantidad de grano que era extirpado de sus mercados a la fuerza, sino por la cantidad de violaciones que sufrían las mujeres a manos de los destacamentos del Ejército Rojo estacionados en toda Ucrania. Lenin, quien ya tenía muchos dolores de cabeza con su propia población, la cual veía que no todo era tan utópico como se les había prometido en un primer momento, decide alivianar la situación dándoles un poco de “libertad” y limitando la expropiación de grano. Esto llevó a que el pueblo ucraniano luchara más que nunca para mantener sus costumbres y tradiciones, por lo que mucha gente comenzó a vestir ropas típicas y en las cantinas y hogares se cantaban las canciones populares.
Desgraciadamente la guerra de 1917 sería un juego de niños comparado con la atroz cadena de eventos que estarían por llegar.
Al morir Lenin en el 24 subiría al poder una de las peores escorias que éste planeta ha visto: el carnicero Stalin. Tras “reacomodar” la situación en su país Stalin consideraría inaceptable que las fértiles y ricas tierras ucranianas fueran tan “independientes”, por lo que comenzaría una serie de políticas horribles con el fin de amedrentar su espíritu nacional y adueñarse de la poca libertad que aun les quedaba. La primer medida fue el fusilamiento o la detención de miles de científicos, artistas y políticos bajo la falsa excusa de “agentes contra-revolucionarios”. Conjuntamente ordenó la persecución de todos los Kulaks -granjeros con más de 10 hectáreas de tierra-, por lo que millones de personas fueron removidas de sus tierras en el temible proceso de “colectivización”. Incluso la antecesora de la KGB, la GPU, era enviada a aterrorizar a la población civil para obligarla a “cooperar con el gran plan”. No obstante, el orgullo del pueblo ucraniano llevó a las personas a combatir las medidas. Mucha gente prefirió quemar sus pertenencias y arrojar sal en la tierra antes que cedérselas al régimen comunista; otros amaban milicias paramilitares que atacaban destacamentos del ejército de Stalin. Temiendo que esta insurrección, este clamor por la libertad, se expandiera al resto de los territorios soviéticos Stalin ordena una apropiación masiva de toda la producción agrícola-ganadera de Ucrania; conjuntamente se ordenó establecer un ferreo bloqueo militar en las fronteras con el fin de evitar el ingreso de ayuda externa. Como resultado y ya para el año 1933 Ucrania se encontraba totalmente vacía de comida, siendo los ancianos, los niños y las mujeres embarazadas los primeros en caer. Según relatos de sobrevivientes cuando los perros, los gatos y los pájaros se acabaron las calles comenzaron a plagarse de cadáveres, mientras que al mismo tiempo los graneros se encontraban abarrotados con “grano de reserva”.
La dura cortina de hierro que impuso el régimen comunista hace imposible hoy en día saber la cantidad exacta de muertes, pero las estimaciones más conservadoras varían de 5 a 7 millones. En total 1/4 de la población Ucraniana cesó de existir, y se calcula que en el peor momento por día morían de hambre unas 25 mil personas. De ésos 7 millones se calcula que de 2 a 3 millones fueron niños nacidos entre 1932 y 1933.
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